Me llamo Merceditas, modelo 163 Dcha. y estoy buscando a mi hermana gemela Francesita. La última vez que la vi, estábamos en los lindos pies de una pequeña encantadora, por los alrededores del Jardín Romántico.
Somos de clase rusticas-veraniegas de primera calzadura, con numeración 18 y color trigo-tostado, con forro de mantel de picnic a juego y para mas señas, mi hermana es modelo 163 Izqda.
Posiblemente a la pequeña niña, la comprarán otros zapatitos; pero mi hermana y yo, cada una por un lado; estamos abocadas al olvido mas absoluto.
No somos nada la una sin la otra.
¡Qué soledad, pobre Merceditas! Qué toma más buena.
ResponderEliminarSalu2
Que maravilla de imagen. Una luz de alucinar.
ResponderEliminarLa soledad cuando no es elegida siempre es una ruptura y procura un dolor sin amparo.
Abrazo
Sencilla, simple pero hermosa, dice mucho.
ResponderEliminarTierna amigo, muy tierna tu fotografía...y que lástima que la soledad se halle presente...
ResponderEliminarAbrazos!
Lo comprendo. Sois hermanas gemelas y como tal no podéis estar separadas lo que lamento es no poder ayudar.
ResponderEliminarNo creo que haya podido llegar sola tan lejos.
Amigo!....me ha encantado esta entrada!
http://ventanadefoto.blogspot.com.es/
porqué será que siempre se pierde sólo zapato? Cuantas historias cuentan algunas fotos, si se sabe ver la foto, claro.
ResponderEliminarPreciosa!!
Un besín
Vete tu a saber si Merceditas, dolía tanto en el pié de esa Cenicienta, que no tuvo más remedio que abandonarla.
ResponderEliminarNo sería la primera vez que yo abandono, no uno, sino un par de zapatos en la calle.
Besitos Dulces.
jajaja buenisima la idea y buenisimo el texto..me he reido bastante...buena foto
ResponderEliminarsalu2
A ésto le llamo yo sacarle partido a una situación !! notable por simpleza y calidad. Muy buena la toma y perfectísimamente aderezada con un magnífico texto. Ojala cada parte involucrada consiga ser feliz je je!!
ResponderEliminarSaludos.
Jajaja, qué bueno, si es que no se te escapa una...
ResponderEliminarDonde la mayoría sólo ve un zapato perdido, tú ves una bonita historia familiar.
Mola!!
Besos.
Muy graciosa y simpática entrada como siempre tu imaginación siempre dá una vuelta más de tuerca, un saludo...
ResponderEliminarAi, que postagem preciosa... tanto pelas palavras como pela imagem... adorei! ;)
ResponderEliminarBeijo carinhoso.
Francesita se quedó en la cálida comodidad del pie mientras Merceditas fue expulsada del edén, seguramente, debido a que cierta niña le dio por explorar esas cosas tan raras que mamá le había puesto en los pies.
ResponderEliminarSaludos.
Original y dramática historia gráfica. A pesar de la fragilidad...
ResponderEliminarUn abrazo
Excelente trabalho....
ResponderEliminarCumprimentos
Una historia muy bien contada e ilustrada...espero aparezca pronto Francesita y puedan reanudar juntas su andadura por ese Jardín Romántico.
ResponderEliminarSaludos.
Se me había escapado esta bella y tierna entrada.
ResponderEliminarCuando se te pierde, desaparece o se va el compañero de siempre es duro.
Muy buena entrada
Abrazos
Entre el texto y la imagen una bella simbiosis de arte.
ResponderEliminarSaludos.
Hoy nos traes una historia triste. Espero que alguien reconozca a Merceditas y en tu siguiente entrada nos des la buena noticia del reencuentro :'(
ResponderEliminarEsta entrada es muy tierna y viene a demostrar que hay gente con sensibilidad.
ResponderEliminarMe encanta como casan texto y foto¡¡
ResponderEliminarTierna y divertida.
Sds
Esto es un drama...
ResponderEliminarAbrazos
LA HISTORIA Y LA FOTOGRAFÍA GENIALES, ME ENCANTÓ !!!
ResponderEliminarUN BESO DESDE ARGENTINA
Una foto y una historia muy tierna y simpática. ¡Me encantó!Aunque es triste que Merceditas se haya quedado sin su hermana y también que esa niña haya perdido sus zapatos primaverales. Algo que nos ha pasado a todas... son lecciones de la vida.
ResponderEliminarUn beso,
Margarita
gemelas...inseparables, muy tierna tu imagen...
ResponderEliminarexcelente a foto e a imaginação da prosa :)
ResponderEliminarLa foto, bonita, como siempre, pero esta vez queda superada por el "minirrelato" que la acompaña y que da cuenta de la angustia vital del pequeño zapatito, en desesperada búsqueda de su hermano gemerlo. Un grito angustioso de solicitud de ayuda; así lo veo yo.
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